
¿Cómo se convirtió la Oktoberfest en la mayor fiesta de la cerveza del mundo?
De la Boda Real a la locura de la cerveza bávara
Un comienzo real
Cómo una boda desencadenó un festival legendario

El Oktoberfest no empezó como una fiesta de la cerveza, sino con una boda real. En 1810, el príncipe heredero Luis de Baviera (que más tarde se convertiría en el rey Luis I) se casó con la princesa Teresa de Sajonia-Hildburghausen. Para celebrarlo, organizaron una gran fiesta que duró varios días. El 12 de octubre, invitaron a los ciudadanos de Múnich a unirse a los festejos que se celebraron en los campos situados frente a las puertas de la ciudad. Hubo carreras de caballos, desfiles y mucha alegría. El acontecimiento tuvo tanto éxito que decidieron repetirlo al año siguiente, y al siguiente. No sabían que esta celebración se convertiría en la fiesta de la cerveza más famosa del mundo.
El nacimiento de una tradición
De las Carreras de Caballos a las Tiendas de Cerveza

La primera Oktoberfest giró en torno a las carreras de caballos, que continuaron celebrándose anualmente durante un tiempo. Pero con el paso de los años, el centro de atención empezó a cambiar. En la década de 1830, la cerveza empezó a robar protagonismo. Los cerveceros instalaron pequeños puestos para saciar la sed de los asistentes al festival, y quedó claro que la cerveza y la Oktoberfest estaban destinadas a ir de la mano. Las carreras de caballos acabaron pasando a los libros de historia, dejando paso a lo que hoy conocemos como las carpas de la cerveza. No eran las enormes estructuras que vemos hoy en día; empezaron siendo simples puestos de cerveza que poco a poco evolucionaron hasta convertirse en auténticas carpas. Y no nos olvidemos de la comida -pretzels, salchichas, pollo asado-, todos los deliciosos manjares que ahora son sinónimo de Oktoberfest.
La Oktoberfest evoluciona
De Fiesta Local a Fenómeno Global

La Oktoberfest siguió evolucionando, haciéndose cada año más grande y mejor. A finales del siglo XIX, los pequeños puestos de cerveza se habían transformado en las emblemáticas cervecerías, en las que cada fábrica instalaba su propia carpa. La fiesta empezó a atraer no sólo a los lugareños, sino a visitantes de toda Alemania y de otros países. La cerveza se hizo más fuerte, la música más alta y el jolgorio inigualable. A pesar de las interrupciones por guerras y otros acontecimientos, la Oktoberfest siguió recuperándose, cada vez con más entusiasmo. En el siglo XX, se había convertido en la mayor fiesta de la cerveza del mundo, atrayendo a millones de visitantes de todos los rincones del planeta. Hoy en día, no es sólo una celebración bávara; es un fenómeno mundial. Encontrarás eventos inspirados en la Oktoberfest desde Brasil hasta Australia, pero la original de Múnich sigue siendo la más grandiosa de todas.
Oktoberfest Hoy
¡Prost to Tradition, Culture, and 7 Million Liters of Beer!

If you think Oktoberfest is just about beer, think again. Sure, the beer is the star of the show, with over 7 million liters consumed each year, but the festival is also a showcase of Bavarian culture. Visitors dress up in traditional Bavarian attire—lederhosen for the men and dirndls for the women—and participate in a whirlwind of parades, music, and carnival rides. The festival grounds, known as the Theresienwiese (named after the very same Princess Therese from 1810), come alive with bustling beer tents, cheerful singing, and the aroma of classic German cuisine.
Oktoberfest has managed to preserve its roots while adapting to modern times. It's a place where centuries-old traditions coexist with the excitement of a massive party, making it a must-visit for anyone who wants to experience the heart of Bavarian culture. So, next time you raise a stein and shout 'Prost!' you'll know there's over 200 years of history in every sip.